Hoy no solo corres por ti mismo, sino por todos los que, en silencio, luchan cada día por un mañana mejor. Corres por los que no tienen voz, por los que se sienten perdidos, por los que esperan en la sombra y por los que, aunque no te lo digan, se inspiran en tu valentía. Cada paso que das es un eco de esperanza para aquellos que no pueden caminar, un suspiro de fuerza para los que ya no creen en la luz. Corres por cada corazón roto, por cada alma cansada, por cada vida que busca un propósito. Hoy, al dar tu esfuerzo, transformas el mundo, no solo para ti, sino para todos los que necesitan un recordatorio de que no estamos solos, y que juntos somos capaces de alcanzar lo imposible.